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Turismo de experiencias. ¿Que buscan nuestros clientes?
Después de este «obligado» y «afortunado» parón de 4 meses sin escribir en mi blog por la sobrecarga de trabajo (si hubiera escrito muchos artículos querría decir que estaba en casa tranquilamente y no haciendo lo que más me gusta), vuelvo para compartir mis inquietudes y experiencias con todo aquel que quiera leerlas, retomando esta apasionante actividad bloggera y aprovechando el ya típico y estacional descanso que tenemos en la Región de Murcia.
El motivo de mi reflexión de hoy es comentar algo que parece se ha puesto de moda desde hace un tiempo. La búsqueda de constantes experiencias por parte del turista que visita nuestros destinos, pero…¿Es eso algo nuevo? ¿Cómo puedo yo, como guía de turismo, contribuir a ello?
Yo creo que siempre una de las principales motivaciones del viajero ha sido vivir la experiencia en si de viajar, además de poder entrar en conexión con el destino al máximo posible y poder experimentar como un lugareño como se vive en tal o cual sitio, comiendo, celebrando, festejando y sintiendo como lo haría una persona autóctona. Más o menos el lema «Donde fueres, haz lo que vieres…»
En el significado del término experiencia (del latín experiri, «comprobar») hallamos la clave. Experiencia es una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación, de la participación y de la vivencia de un evento o proveniente de las cosas que suceden en la vida o, en este caso, en nuestro viaje. La experiencia contribuye sensiblemente a la sabiduría. Una mejor manera de adquirir sabiduría, y que además ahorra tiempo, es beneficiarse y aprender de la experiencia de los que ya son sabios, prefiriendo su compañía a la de “los inexpertos”.
Si extrapolamos esto a nuestra profesión, un guía de turismo debe convertirse en un «sabio» y «experto» del que se pueda aprender algo y que a la vez nos haga vivir la «experiencia» de estar con él o ella.
Esto lo podemos aplicar a diario cuando le ponemos alma y corazón a nuestro discurso, espontaneidad, actualidad, humor, etc… Cuando le damos vida al patrimonio y/o ciudad que interpretamos, cuando acercamos a nuestro visitante al destino, en definitiva a nuestra casa.
He detectado en los últimos tiempos, en los que uno de mis nichos de mercado es el cliente individual que, al terminar cada visita, aparte de las clásicas preguntas, se interesan por el día a día de la ciudad, por los lugares donde voy a comer o tapear como ciudadano de ese destino, es decir, no de los lugares turísticos que ya aparecen en todas las guías, sino de ese lugar «secreto» y «reservado» a los lugareños. Incluso me sucedió en las visitas de Semana Santa, que, tras acabar la ruta, insistían en tomar unas cervezas conmigo allá donde yo quisiera y tuviera pensado ver el desfile procesional de ese día. En una ocasión accedí a ello también como experiencia enriquecedora para mí, siendo el resultado que durante el tapeo, ya de una forma más desenfadada, seguimos hablando de Murcia y de su Semana Santa, aparte de otros temas más triviales. Al final, mis clientes comentaban que habían vivido una experiencia maravillosa…tapear no con un guía de turismo, sino con un murciano. ¿Me convertí en un greeter? Ahí creo que estriba el secreto del éxito de los greeters, figura surgida hace ya 20 años y, que sepa, hasta el momento en España solo existe en Bilbao.
Cuantas veces hemos ido a un sitio buscando la autenticidad, lo no-turístico, lo original, lo pintoresco…como guías de turismo estamos obligados a ofrecerlo a nuestros clientes, de otra forma, nuestro discurso quedará hueco, vacío, sin alma… será un discurso rígido y estandarizado y así no conectaremos con un público que, cada vez, se torna más exigente.
No hay nada que me congratule más que, cuando alguien repite conmigo, por tiempo que hay pasad, se acuerde de cuando estuvimos juntos. Por que lo que me está diciendo es que ese guía no solamente le atendió con sus servicios profesionales, sino que además, le hizo pasar un rato divertido, interesante y ameno, le entretuvo, le enseñó el destino, lo clásico y lo no tan clásico, lo correcto y lo no tan correcto. En definitiva, tuvo la experiencia de estar conmigo. Ese es mi objetivo.
Para terminar, dentro del turismo urbano, que en definitiva es el que más trabajamos en mi área, las ciudades cuentan con muchos recursos turísticos que en algunos casos han estado ahí durante años, funcionando siempre de la misma manera y atrayendo al mismo tipo de visitante. El turismo urbano representa, según el informe Urban TUR 2012, el 25% del total del turismo español, cifra nada despreciable. Si viajamos a determinados lugares de entidad turística, podemos ver como se están reinventando ofreciendo al visitante nuevas atracciones turísticas basadas en experiencias, más allá de la visita a un museo, catedral o castillo…hay que ir más allá, hay que llegar al interior de nuestro visitante con nuestras mejores armas. Esa tarea la dejo para las personas que trabajan en instituciones y administración y que cobran por ello, no se lo vamos a dar todo hecho. Por ejemplo, el Gaudí experiencia es un caso muy a tener en cuenta. En el siguiente enlace se analizan los perfiles más típicos del turista experiencial. Compañeros, ¿Qué pensáis vosotros?
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